16 de Marzo
Santa Eusebia de Hamay
*Una mujer francesa valiente y terca que, siendo muy joven, llegó a dirigir un monasterio. Luchó para vivir en el sitio que amaba*
El baile es vital.
Cuando me di cuenta de que existo porque existe el baile, entendí mi amor por ese movimiento rítmico y fluido, tan ancestral y esencial para la salud física y psíquica de las mujeres.
Si mis abuelos no se hubieran encontrado en la fiesta de su pueblo y Rino no hubiese invitado a mi abuela Rita a su primer baile, yo no existiría.
Mi madre se quedó prendida por mi padre mientras tocaba un rock-n-roll con su banda, pero si él no la hubiera invitado a bailar el siguiente twist, yo no estaría escribiendo estas líneas.
Todos y todas de alguna manera le debemos la vida a un baile. El mundo entero procede de esa energía vital que cada mujer tendría que conocer, reconocer y reproducir cada vez que se le antoja.
Clarissa Pinkola Estés lo cuenta de manera insuperable en “La mariposa”.
En el Gran Cañón Madre, durante la larguísima y emocionante espera de la danza de la Mariposa, todo el mundo habla de las doncellas mariposas soñando con la frágil belleza de una mariposa. Pero ¡qué sobresalto experimentan cuando ven saltar a la verdadera Mujer Mariposa!, tal María Luján. Porque María es gorda, decididamente gorda, como la venus de Willendorf, como la Madre de Dios. Y es vieja, muy muy vieja, como si hubiera regresado del polvo. Lleva un hombro al aire. Su manta negra y roja salta con ella dentro, como una araña. Salta sobre un pie, y luego sobre otro con pasos que retumban. Agita su abanico de plumas hacia delante y hacia atrás.
Es la Mariposa que llega para FORTALECER A LOS DÉBILES. Ella es alguien a quien casi todo el mundo consideraría débil: por su edad, por el hecho de representar a una mariposa, por ser mujer.
Sin embargo, la Doncella Mariposa es la FUERZA FERTILIZADORA FEMENINA. Transportando el polen de un lugar a otro, fecunda con FERTILIZACIÓN CRUZADA, tal como el alma fertiliza la mente. La transformación es sencilla: un poco da para mucho.
Querida amiga, el baile tiene en sí este poder. Aparte de la arquetípica, existe mucha de literatura científica que demuestra su eficacia en mejorar la salud de las personas. Un meta-análisis que toma en cuenta 28 estudios científicos de calidad, compara los beneficios en salud de la danza respecto a otros ejercicios físicos, y demuestra que es igual de eficaz. En algunos casos bailar es más saludable que hacer deporte (Sports Med. 2018 Apr;48(4):933-951).
Si los mitos, los poemas, las canciones, la ciencia hablan del PODER DE LA DANZA, el remedio de hoy será el baile. Ninguna medicina para las mujeres puede prescindir de ello.
Danza con la canción que la DJ Morocha ha seleccionado para ti hoy.
Quítate los zapatos, ponte de pie, siente bien el apoyo ancho de tus pies y empieza a doblar las rodillas al ritmo de la música; da unos saltitos, mueve tus brazos como haría la Mariposa para fertilizar la tierra, tu casa, tu familia, tu ordenador, tu móvil, tus libros, tu comida, tu vitamina C. Esparce el polen de vida desde la punta de tus dedos.
Cuando hayas acabado, para un momento. Cierra los ojos, pon una mano en tu pecho y escucha el tambor del corazón. Déjate fertilizar por la experiencia. DÉJATE TRANSFORMAR POR ELLA.
PROPUESTA MUSICAL DE LA MOROCHA:
Quiero bailar. La Otra
TAREA PARA EL DÍA:
Investiga en tu árbol genealógico dónde está el baile. Busca entre las viejas fotos, pregunta a tus tías o primos, recupera en tu memoria antiguos relatos familiares sobre el baile y cuéntalos a tus hij@s biológicos o espirituales. Escribe tus investigaciones en una libreta.
REFLEXIÓN DEL DÍA:
¿Cuál es el sitio (del mundo externo o interno) que amas y dónde quieres vivir? Escribe tu respuesta en una libreta. Y si te parece bien, enciende una vela pidiendo valentía y persistencia a Santa Eusebia de Hamay, para habitar el lugar que te corresponde.
Si tienes amigas, hermanas, primas, maestras, alumnas o pacientes que quieran tomar un mailmedicina cada día, ¡házmelo saber!
¡Y QUE TENGAS UN LIBRE DÍA DE ENCIERRO!
Dra. Arianna Bonato
